EL ÁVILA: MAJESTUOSO PERO INSEGURO
Los caraqueños
disfrutan de una de las mayores bendiciones del Creador que es El Ávila. Es un
cerro hermoso, monumental, magnífico en su silueta, colores y olores.
El Ávila es una formación
montañosa emblemática y pulmón vegetal, que se encuentra al norte de Caracas.
Varía en alturas entre 120 hasta más de 2.750 metros y conforma el ParqueNacional con el mismo nombre.
Este ícono se ha
caracterizado por ser uno de los atractivos naturales más visitado por los
caraqueños y otros visitantes de la ciudad, pero algunos regresan
desilusionados por los acontecimientos sufridos en plena excursión.
Un domingo
soleado, momento perfecto para conocer la majestuosidad de tan emblemática
figura capitalina, fue el escenario para tan anhelada travesía, sin tan
siquiera imaginar lo que sucedería en pleno viaje.
El lugar puede
cautivar a cualquier persona por tan hermosos y únicos paisajes, e impulsarlos
a vivir diversas aventuras exponiendo hasta su propia vida. “Es sorprendente
poder trepar la monumental montaña asemejando la experiencia como cuando se
rasca la piel de una persona, pero con la diferencia que era la piel rocosa que
cubre ese pulmón vegetal”, exclamó uno de los excursionistas aferrándose a las
grandes rocas por temor a caer.
El cerro posee
un clima variable, que puede sentirse a medida que se asciende la montaña.
Tiene una vegetación que hace de ese lugar un radiante bosque; apreciándose los
diversos colores en tonos verdes, mezclados con el azul del cielo. La fauna que
se ha desarrollado en esa zona es tan variada que no es extraño encontrarse con
un puercoespín, una lapa, un cachicamo, una serpiente cascabel entre otros
animales que son los anfitriones de tan simbólico territorio. Sus ríos
sobresalen en varios puntos de la montaña, llegando a cautivar, con ese sonido
de cascada, a sus visitantes.
Llegar a la
cima, es la meta de todo viajero, pero diversos factores pueden alterar tan
anhelado propósito. En plena travesía, en la mitad del bosque montañoso, un
hecho cambió el sentido de tan intenso viaje. Un hombre con un aspecto funesto y
deplorable, dirigió su cruel mirada a los excursionistas y con voz fuerte y
diabólica, los amenazó de muerte apuntando sus rostros con una pistola más
grande que las maravillas naturales que habíamos disfrutado minutos antes.
Quería violentar
el espacio que se estaba disfrutando y alterar la tranquilidad que se sentía en
el ambiente. Sin mediar palabra, quitó las cosas valiosas que puede utilizar
una persona al adentrase en un territorio como ese y cual flecha veloz huyó,
sin desviar su mirada ni su arma.
Es difícil
imaginar cuantas características espectaculares encierra esta obra natural,
pero sin sospechar que es usado como lugar para ejecutar diferentes tipos de
acciones ilícitas, reflejando la situación actual del país.
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